La barita es un material muy común en la región de Los Villares (Jaén)

El lucerillo

La pequeña “luz” lanzada desde el ovni se convirtió en una piedra esférica con unos símbolos desconocidos.

El encuentro ovni de Dionisio Ávila en Los Villares (Jaén) me dejó perplejo. El anciano, como referí la pasada semana, tras caminar alrededor del extraño objeto y contemplar el emblema que lucia en la cúpula, vio aparecer tres seres junto a la nave (dos mujeres y un hombre). De pronto, supuestamente de entre los tripulantes, surgió una pequeña luz que cayó a los pies de Ávila. Y el jubilado, atónito, tomó la luz entre los dedos, comprobando que, en realidad, se trataba de una piedra: "Quizá no me crea. No le culpo. Pero sepa que digo la verdad. Aquello era una piedra oscura, redonda como una pelota de tenis y con muchos laberintos". Dionisio Ávila se refería a los no menos enigmáticos signos que presenta dicha piedra y que ocupan la totalidad de la superficie. "Instantes después -prosiguió Ávila-, seres y objeto desaparecieron. Tampoco me pregunte cómo. No sabría decirle. Estaba allí, y en un abrir y cerrar de ojos, dejaron de estar. Se esfumaron". Fue entonces cuando el testigo, aterrorizado, huyó del lugar.

He aquí una síntesis del encuentro ovni vivido por el anciano de Los Villares en aquella mañana del 16 de julio de 1996. Un encuentro que me llevaría muy lejos en la investigación. Obviamente le rogué que me mostrara la piedra esférica que, según él, había aparecido a sus pies. Se trataba, en efecto, de una pequeña piedra de color plomo y de un estimable peso, teniendo en cuenta el reducido volumen. La totalidad de la superficie se hallaba trabajada con unos extraños símbolos, tal y como había anunciado el testigo. Recuerdo que en aquel mes de septiembre de 1996, fecha de mi primera entrevista con Dionisio, no supe a qué atenerme. En aquellos momentos no tenía referencia alguna sobre dichos signos. En cuanto al señor Ávila, analfabeto, tampoco supo darme razón. ¿Se trataba de un mensaje? ¿Por qué uno de los símbolos grabado en la piedra era similar al palo-cero-palo que lucía el ovni en la cúpula? ¿Se trataba de una superchería, orquestada por el anciano?

En los laboratorios se detectó algo muy parecido a la cera sobre la superficie de la piedra

Naturalmente, el lucerillo fue trasladado a diferentes laboratorios, siendo examinado en las universidades de Granada, Cádiz, Madrid y en el Instituto de Ciencia de los Materiales de Sevilla. Todos coincidieron; estábamos ante un nódulo de baritina, un material margoso muy común en la región de Los Villares y correspondiente a depósitos marinos del cretácico inferior. Estos materiales se exfolian o se parten según una fractura concoidea, dando lugar a formas más o menos redondeadas. En dichos materiales margosos se encuentran -con relativa frecuencia- nódulos de barita y/o celestina. En otras palabras; el lucerillo es una simple concreción de barita, un material común en la referida región andaluza de Los Villares.

¿Medios mecánicos? El lucerillo, en definitiva, es de origen terrestre, al menos en su naturaleza. Respecto a las incisiones o grabados, los exámenes con el microscopio electrónico fueron concluyentes. Las hay de tres tipos: las realizadas con un punzón, actuando sobre la piedra con algún dispositivo de torneado; las efectuadas a mano alzada y las ejecutadas con un sistema abrasivo ancho, de unos dos milímetros, de fondo plano, y rematadas en su fase final con un material mucho más blando. Se apreciaron igualmente dos fases bien diferenciadas en la elaboración de los grabados; una reciente y otra mucho más antigua. Los expertos justificaron este hecho por la ausencia, en algunas incisiones, de material particulado.

Dionisio mantiene en su mano la piedra esférica o "lucerillo"

En otras, en cambio era abundantísimo. En los laboratorios se detectó también una sustancia -parecida a la cera- que cubre la superficie de la piedra, pero no supieron determinar la naturaleza de dicho barniz. Por último, uno de los detalles que más sorprendió a los investigadores fue la extraordinaria circularidad de uno de los grabados: los círculos concéntricos. Las medidas efectuadas con un programa de tratamiento de imagen arrojaron una casi perfecta circularidad, con desviaciones, en las medidas de los diámetros inferiores al uno por ciento.

En conclusión: aquello tenía que haber sido grabado necesariamente con medios mecánicos. y las dudas se multiplicaron. ¿Me encontraba como decía, ante un fraude? ¿Fueron los seres observados por el testigo los autores de los extraños símbolos en la piedra? Y las sorpresas prosiguieron.

(Continuará)

 

Fotos: IVÁN BENÍTEZ

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